La propiocepción: qué es, cómo nos afecta y ejercicios propioceptivos

Ejercicio propiocepción

Puede que seas una persona con gran actividad física pero que aún no conozcas la propiocepción. Tiene un nombre un poco raro, pero conocer esta capacidad del cuerpo te puede ayudar a mejorar tu rendimiento deportivo, además de evitarte lesiones.

En este artículo te vamos a mostrar que es la propiocepción y cómo nos afecta en nuestra vida diaria. Además, te daremos una serie de ejercicios que puedes hacer para mejorar este sentido.

Qué es la propiocepción

La propiocepción o cinestesia es el sentido que permite al cerebro percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las diferentes partes del cuerpo. Mediante este sentido, el cerebro percibe la actuación de las articulaciones y los músculos, y su localización. Con estos datos, el cerebro analizará y dará alguna orden de activación de otros músculos de ser necesario.

Así, la propiocepción se encarga de regular el equilibrio, coordinar los movimientos corporales y mantener el nivel de alerta en el cerebro.

Cómo nos afecta la propiocepción

Un correcto funcionamiento de la propiocepción es elemental para un buen rendimiento deportivo y evitar molestias y lesiones. Por ello, debe ser trabajada por cualquier tipo de persona, tenga un ritmo de vida más sedentario, o más activo

Y es que el sistema propioceptivo no trabaja solo cuando hacemos deporte. Cuando mantenemos alguna posición, cuando hacemos movimientos comunes, como andar o limpiar, el sentido de la propiocepción está activo.

De hecho, cuando tenemos una lesión, la propiocepción de nuestro cuerpo se daña también, ya que la información que le llega al cerebro es deficitaria. Por ejemplo, tras una lesión, las piernas pueden no estar tan bien coordinadas como antes, y puede que haya una pérdida del equilibrio. En caso contrario, el cerebro tendrá un mejor control de músculos, tendones y articulaciones.

Por ello, es fundamental un correcto trabajo de la propiocepción en la rehabilitación, lo que reduce la posibilidad de recaída o de una nueva lesión. Además, nos puede ayudar a mejorar nuestro rendimiento deportivo. ¿Cómo?

El entrenamiento de la propiocepción ayuda a mejorar nuestros mecanismos reflejos. Estos mecanismos pueden ser correctos, como aquellos que nos ayudan a recuperar nuestra postura adecuada, o incorrectos, como aquellos que empeoran nuestra situación corporal. La propiocepción optimizada elimina los reflejos incorrectos y potencian los correctos, mejorando nuestra condición física.

De hecho, uno de los deportes donde la propiocepción es muy importante es en el running, ya que los pies cuentan con una gran cantidad de propioceptores.

Ejercicios para mejorar la propiocepción

La propiocepción se suele entrenar en planos estables, pero los inestables aportan un mayor desafío al entrenamiento, además de servir de prueba para aquellos deportistas que luego hagan su ejercicio en planos inestables.

Dentro de las herramientas que puedes usar para mejorar tu propiocepción destaca la pelota bosu, de la que ya te hablamos en el artículo enlazado. No obstante, también aparecen otros materiales que se pueden usar, como la pelota de tipo fitball, la tabla de equilibrio, o un cojín.

Dentro de los ejercicios que se pueden hacer hay ejercicios de fuerza, equilibrio y coordinación. Destacamos los siguientes:

  •       Flexión de rodilla en plano inestable.
  •       Sentadillas en plano inestable.
  •       Levantamiento de peso sobre plano inestable.

Además, si estamos en una sesión de rehabilitación, el profesional nos puede aplicar electroestimulación, lo que potenciará los efectos de los ejercicios.

En Hopp podemos ayudarte. Consúltanos sin compromiso.

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